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lunes, enero 10, 2011

Rosas y el Carlismo: A propósito de las tesis de Mario Fidel Bianchetti

A propósito de la reciente publicación de los artículos "Rosismo, Tradicionalismo y Carlismo" de Fernando Romero Moreno y "El Cid, Rosas y la cuestión dinástica práctica" de Mario Fidel Bianchetti, el autor del primero nos remite el siguiente breve comentario al segundo. Desde ya, el Sr. Bianchetti tiene abiertas las puertas para remitirnos cualquier escrito a este respecto, sea a modo de réplica, sea como profundización de su trabajo anterior. Asimismo, los lectores y amigos pueden hacernos llegar comentarios a los temas aquí tratados. Todo lo iremos publicando en la medida de nuestras posibilidades y tratando de no sobrecargar demasiado la frecuencia de publicación. Queda abierto el debate.


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ROSAS Y EL CARLISMO: A PROPÓSITO DE LAS TESIS DE MARIO FIDEL BIANCHETTI

El artículo de Bianchetti es un ejemplo de lo que puede ser un fructífero debate entre tradicionalistas y nacionalistas católicos acerca de estos temas. Un respuesta profunda excede los marcos de este comentario. No obstante vale la pena hacer algunas aclaraciones:

1) Rosas defendió la Independencia de España en la convicción de que la misma era necesaria, no por razones ideológicas (como sucede con el separatismo vasco) sino por la simple aplicación del derecho indiano (violación de la autonomía americana, garantizada desde 1519 por el Emperador Carlos V). Eso está implícito en su famoso discurso acerca del 25 de mayo, que es a la vez un elogio de la España fundadora y una crítica al despotismo de Fernando VII (el mismo rey que traicionó a los carlistas)... España ya no era la Esaña evangelizadoa y civilizadora del siglo XVI, sino la que venía avasallando los fueros indianos desde el Tratado de Permuta de 1750, la expulsión posterior de los Jesuitas, la Conferencia de Bayona, la formación del ilegítimo Consejo de Regencia, la alianza de Elío y Vigodet con Portugal y la restauración del absolutismo en cabeza de Fernando VII, contra las propuestas todavía autonomistas y no separatistas de los criollos en 1814... Para esta interpretación remito a los enjundiosos trabajos de Díaz Araujo acerca de la Revolución de Mayo. En lo que a mí respecta, escribí una nota acerca de esta hermenéutica tradicional de la Revolución de Mayo en la Revista "Ahora Información", de la CTC.

2) Rosas tuvo ministros y asesores de ideología liberal, pero no pasaron a la historia de la Confederación por eso, sino por otras misiones que cumplieron, ajenas al liberalismo. Por caso, Pedro de Ángelis en los que hace sus estudios sobre nuestra soberanía territorial. De todos modos, acerca de esta coexistencia de un discurso tradicional (Rosas y Anchorena) junto a uno más liberal conservador en otros personajes del régimen, me remito a lo que escribí en la Revista "Actualidad Jurídica" (Universidad FASTA), No 6, bajo el título "La república representativa en la confederación argentina".

3) Acusar de revolucionario a Don Tomás Manuel de Anchorena es una calumnia, hasta donde yo conozco al personaje. Católico practicante y ortodoxo, defensor de la Hispanidad, crítico de la leyenda negra, opositor a las tesis regalistas de Agrelo acerca del Patronato, etc. son algunas muestras del pensamiento de quien tal vez fuera el más tradicionalista de los próceres argentinos del siglo XIX. Y el más importante de los asesores de Don Juan Manuel... Peor me parece la acusación contra García Moreno...

4) Que aún en el federalismo apostólico hubiera heterodoxias es comprensible. La propia España que nos engendró trajo consigo los errores "modernos" de cierto catolicismo barroco. Por caso, la doctrina suarista de la soberanía popular, una metafísica esencialista y una espiritualidad voluntarista. Y la Espaça borbónica es la que sembró entre nosotros las semillas del liberalismo iluminista... Generalizo y no se dio así en todos los casos, pero es una tendencia... Eso explica que también en el protocarlismo de los "realistas" hubiera heterodoxias, como la de ciertos partidarios del absolutismo, que sólo después de la Primer Guerra Carlista, se fueron superando.

5) Si se entiende que la Independecia no fue una cuestión ideológica (hubo tradicionalistas y liberales en ambos bandos), se comprenderá por qué Rosas no podía apoyar a Don Carlos V en sus pretensiones dinásticas. No era asunto de su competencia inmediata y hubiera violado lo ya decidido en el Congreso de 1816. Por lo demás, el único proyecto conocido de coronar a Carlos como Príncipe de América fue propiciado por... Rivadavia... Algo parecido sucedió con el intento de coronar al Príncipe de Luca, en tiempos de Pueyrredon... bajo los auspicios del canónigo liberal Valentín Gómez... Aquello fue una jugada de Fernando VII para sacarse de encima a Don Carlos, con lo cual sus pretensiones dinásticas hubieran muerto desde el vamos... Como el mismo Bianchetti señala, los carlistas exiliados en el Río de la Plata veían mejor y no dudaron en colaborar con Oribe, como luego lo haría uno de ellos con Ricardo López Jordán... Traer a colación estos hechos me parece importante, porque un tradicionalismo "ideológico" puede derivar en una postura "extranjerizante y cononialista" similar a la de algunos liberales argentinos, aunque de distinto signo...

6) Acerca de las pocas heterodoxias doctrinales de Rosas, ya me referí a ellas en mi artículo.

7) San Martín no apoyó a Rosas porque "consolidó" una independencia tal como la querían los ingleses. Los ingleses no querían ninguna independencia de América, sólo les interesaba que garantizáramos el libre comercio. Rosas se opuso a eso, lo que llevó al conflicto de las Guerra del Paraná por todos conocido. Y San Martín, que también desconfiaba de Inglaterra, lo apoyó tanto por eso como por los frutos de orden, paz y prosperidad de la Dictadura en 1850. Dictadura que él mismo había señalado como necesaria en Carta a Tomás Guido de 1834... Sobre San Martín recomiendo los trabajos de Roque Raúl Aragón, Carlos Steffens Soler y Enrique Díaz Araujo. Una síntesis de sus tesis, junto con algunas ideas "de mi propia cosecha", puede leerse en mi trabajo "Conjetura sobre San Martín", publicada en el blog "El Último Alcázar", con el debate posterior, harto interesante.

8) El caudillismo fue una salida empírica ante la falta de un monarca legítimo. Lo ideal hubiera sido garantizar la autonomía de América en 1814 o la Independencia en 1816, bajo un régimen monárquico y con algún Principe español a la cabeza, como propuso San Martín en las Conferencias de Miraflores y Punchauca. Pero dicha propuesta no fue aceptada, por influencia masónica de las logias de Lima y Buenos Aires. El resto de los proyectos monárquicos (propuestos por Alvear, Manuel José García, Rivadavia, Pueyrredon, etc) eran contrarios a la independencia de América, favorecían al imperialismo inglés, portugués o francés según los casos y violaban los derechos de las provincias... La Confederación rosista logró la consolidación de un orden político y contitucional republicano al estilo "romano", conservando en lo esencial las instituciones hispánicas y con ciertos rasgos monárquicos. Eso fue realismo político en serio, lo demás es historia contrafácitca o ideologismo reaccionario...

9) La independencia americana, que tanto San Martín como Rosas defendieron, no se basó en supuestos ideológicos (principio de las nacionalidades, liberalismo revolucionario) sino en el Pacto Explícito entre el Rey y las Indias, del año 1519. América era un reino autónomo, perteneciente al dominio público de la Corona de Castilla y no una colonia o una provincia de España. Ese pacto implicaba obligaciones recíprocas con el Rey. El pacto comenzó a violarse en 1750 y lo dimos por concluido el 9 de julio de 1816, luego de una larga espera, como dice el Manifiesto del Congreso de Tucumán en sus consideraciones jurídicas qee son las que valen (no así las históricas...).


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En síntesis: Hispanidad no es españolismo, Independencia no es necesariamente liberalismo y la Confederación rosista fue lo más acorde con la Tradición que pudimos tener, luego del despotismo ilutrado de los Borbones y del liberalismo de Moreno y Rivadavia...



Fernando Romero Moreno



Uno de los diseños del famoso cintillo punzó (réplica).

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